Desde Brasília, la capital de Brasil.
Agosto es un mes emblemático, debido a varios de sus eventos. Por ejemplo, las Naciones Unidas (ONU) decretó el 9 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
La Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas respalda varios principios y verdades que pueden aplicarse a diversas minorías sociales. Lea a continuación un extracto del preámbulo de esa declaración;
“Afirmando que los pueblos indígenas son iguales a todos los demás pueblos y reconociendo, al mismo tiempo, el derecho de todos los pueblos a ser diferentes, a considerarse diferentes y a ser respetados como tales,
Afirmando también que todos los pueblos contribuyen a la diversidad y riqueza de las civilizaciones y culturas, que constituyen el patrimonio común de la humanidad,
Afirmando además que todas las doctrinas, políticas y prácticas basadas en la superioridad de ciertos pueblos o individuos, o que la defienden alegando razones de origen nacional o diferencias raciales, religiosas, étnicas o culturales, son racistas, científicamente falsas, jurídicamente inválidas, moralmente reprobables y socialmente injusto,
Reafirmando que, en el ejercicio de sus derechos, los pueblos indígenas deben estar libres de toda forma de discriminación,
Preocupados porque los pueblos indígenas han sufrido injusticias históricas como consecuencia, entre otras cosas, de la colonización y sustracción de sus tierras, territorios y recursos, lo que les ha impedido ejercer, en particular, su derecho al desarrollo, de acuerdo con sus propias necesidades e intereses”.
Nótese que la declaración quiere preservar los derechos civiles de los pueblos indígenas, que también son debidos a todos y cada uno de los seres humanos, tales como:
1 – derecho a ser diferente;
2 – reconocimiento de que es de la diferencia de donde surge la contribución y el enriquecimiento de las civilizaciones;
3 – reconocimiento de que la diferencia enriquece y preserva la cultura humana;
4 – ausencia de cualquier tipo de discriminación;
5 – Derecho al desarrollo, de acuerdo con sus propias necesidades e intereses.
La pregunta es: ¿estos derechos no se deben a los blancos, negros, pardos, amarillos, indígenas, “gays”, hombres y mujeres? Entonces, ¿por qué esos derechos comenzaron a estratificarse y deben garantizarse a las minorías?
La Declaración tiene razón cuando dice que la razón para garantizar tales derechos a través de instrumentos legales es porque los pueblos indígenas, es cierto, sufrieron injusticias históricas como resultado, entre otras cosas, de la colonización y sustracción de sus tierras, territorios y recursos, que les impidió ejercer su derecho al desarrollo como seres humanos.
Pero la misma Declaración de la ONU acorta el poder de razonamiento, cuando dice que a esos pueblos se les ha impedido “ejercer su derecho al desarrollo, de acuerdo con sus propias necesidades e intereses”.
La insistencia que todos tenemos en afirmar los derechos de las minorías para desarrollarse “de acuerdo con sus propias necesidades e intereses”, puede estar reafirmando la segregación de las necesidades e intereses de blancos, negros, pardos, amarillos, indígenas, “gays”, hombres, y mujeres distinguiéndolas unas de otras, en lugar de asegurar el desarrollo de todos como pertenecientes a la misma familia de seres humanos.
La Declaración contiene algunas consideraciones de suma importancia al decir que “todas las doctrinas, políticas y prácticas basadas en la superioridad de determinados pueblos o individuos, o que la defienden alegando motivos de origen nacional o diferencias raciales, religiosas, étnicas o culturales, son racistas, científicamente falso, legalmente inválido, moralmente condenable y socialmente injusto”.
¿Podemos aplicar esta condena a la discriminación de indígenas, negros, pardos, amarillos, “gays”, hombres y mujeres? ¿Y por qué los blancos rara vez necesitaban tal protección? ¿Es esto porque su dominio sigue siendo más amplio y duradero?
Sabiendo que los indígenas son los sujetos pasivos de la discriminación milenaria sufrida, y que ningún otro grupo social sintió el dolor que sintieron y sienten, ¿deberíamos esperar que solo ellos usen su lugar para hablar, para decirle al mundo lo que sienten?
¿Fue la osadía de la ONU, entidad compuesta por blancos, negros, pardos, amarillos, “gays”, hombres y mujeres, para asumir la defensa de los indígenas?
Después de todo, siendo un ser humano en sufrimiento, independientemente de su origen étnico, ¿qué voz está autorizada para hablar en defensa de quien padece?
Continúa…
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