Viernes 11 de septiembre de 2020.
El segundo grupo de estudiantes sobre mis cuidados fue atendido en la plataforma “Google Meet”, con un enfoque en lectura y escritura. En este grupo, todos los alumnos acceden a la plataforma todos los días sin dificultades y realizan actividades, con seguimiento y una rutina diaria de hábitos de estudio, siguiendo el horario de clases. Se pudo observar que estos estudiantes se están desarrollando en el aprendizaje de nuevos contenidos, lo que refuerza aún más las desigualdades de condiciones que se encuentran en el mismo grupo. Además de demostrar que los hábitos de estudio, el seguimiento sistemático, la motivación y el esfuerzo del alumno y la familia, contribuyen y son fundamentales para el éxito escolar.
Recibí un mensaje de una madre que me hizo muy feliz diciendo que su hijo comenzaría a desarrollar actividades en la plataforma. Hasta entonces, este alumno realiza únicamente actividades impresas, pues a pesar de estar insertado en la plataforma no pudo utilizarla.
Mi rutina continuó con mensajes a lo largo del día con confirmación de horários para las próximas citas, aclaración de dudas, seguimiento e inserción de actividades en la plataforma, discusión mediante videollamada con otros maestros del mismo año, de los contenidos y actividades de la semana. A continuación hago “upload” en la plataforma y envío por e-mail a los alumnos, la grabación de una lección de matemáticas y Teletrabajo para que lo hagan en sus casas.
Sabemos que cada día la tecnología está más presente en las clases beneficiando el aprendizaje de los alumnos, pero yo no estaba preparado para entrar en este universo “online” tan rápido, y en una situación vulnerable de incertidumbres, miedos y ansiedades con el futuro, por tanto, no podemos olvidar que los profesores somos, ante todo, seres humanos.
El uso de herramientas tecnológicas no garantiza en sí mismo el aprendizaje de los estudiantes, pero es cierto que conocer y explorar estas herramientas, creando contenidos atractivos puede facilitar nuestro trabajo y ayudar a mejorar la enseñanza y el aprendizaje de los estudiantes.
Incluso frente a los desafíos, la inseguridad, las dificultades en el manejo de las tecnologías, he aprendido mucho durante este período de aislamiento social. Tuve poco tiempo al principio para familiarizarme con la plataforma, a través de una semana de formación pedagógica, ofrecida por la Secretaría de Estado de Educación del Distrito Federal/Brasil. Luego, con el regreso de las clases empezaron a aparecer las necesidades y la búsqueda de herramientas y nuevos recursos. Tengo tantas aplicaciones en mi teléfono que a veces me pierdo.
Gran parte de nuestro tiempo hoy se dedica a aprender una aplicación o grabar lecciones en video. Las clases “online” o grabadas requieren una mayor planificación en la selección del material a utilizar, entorno, iluminación, audio, etc. A veces es necesario grabar un video varias veces precisamente por estos detalles y falta de experiencia, como me pasó hoy. Grabé unas cuatro, cinco veces el mismo video.
No nos ofrecieron recursos ni una estructura mínima adecuada para grabar sesiones, tuve que improvisar de diferentes formas en casa, muchas veces usando a los miembros de mi familia como asistentes, sin saber a ciencia cierta si la calidad sería buena o no.
En las clases trato de mezclar videos creados por mí con videos educativos de YouTube. Antes ni siquiera me gustaba enviar audios o aparecer en fotos y videos, pero tenía que replantearme, los contactos con padres, colegios y compañeros profesionales a diario. La pandemia cambió la realidad y ahora enviar audios y grabar videos para las clases es obligatorio.
Somos acusados y juzgados todos los días, desde la sociedad, desde el gobierno, para que todo funcione bien, que los estudiantes se inserten y accedan a la plataforma, de hecho, sin mucha preocupación por la eficiencia o no del aprendizaje. Pero luego pregunto: ¿Qué pasa con nuestra salud mental durante este período? Tenemos mucha acumulación de carga emocional, muchas veces nos sentimos conmovidos, estresados, agotados, ansiosos, frustrados, porque, por mucho que hagamos, no percibimos el retorno a través de la participación efectiva de todos los alumnos. Creo que a ningún maestro le gusta esta sensación de dejar atrás a algún alumno o que, de hecho, el alumno no está avanzando en su aprendizaje.
Por el momento, la seguridad de todos es una prioridad, estoy a favor de la retroalimentación cara a cara solo cuando sea realmente seguro, pero me gustaría igualdad de oportunidades para maestros y alumnos.