Desde Brasília, la capital de Brasil.
Representatividad sustancial:
Es la forma de representatividad por la cual alguien se pone literalmente en el lugar de otro, por solidaridad y empatía.
Un ejemplo típico de la literatura religiosa, bien aplicable al caso fue el de Jesucristo, muriendo en la cruz en representación de toda la humanidad pecadora, y otros como los de Madre Teresa de Calcuta, Gandhi, etc.
Otros innumerables casos de representatividad sustancial se registran en la historia. En el zoológico de Brasilia, un sargento de la Policía Militar se lanzó al pozo de las nutrias para salvar a un niño y terminó muriendo en su lugar.
Tales casos ocurren en todo el mundo y simbolizan el acto máximo de alguien que ve el sufrimiento y el dolor de los demás, hasta el punto de asumir el “lugar de habla” de quien sufre.
Quien se pone en el lugar de otro para hablar de su dolor y luchar por él, sin duda no tiene la misma autoridad que quien siente el dolor, pero tiene lo más importante en un ser humano, la empatía y la solidaridad.
Así, conceptualizar el lugar del discurso como “la búsqueda del reconocimiento de la relevancia de un discurso dado” me parece un razonamiento superficial, simplemente porque hay muchas más cuestiones involucradas, que el mero discurso, en quienes toman el lugar de quienes sufren. Hay sentimientos llenos de humanismo, empatía y solidaridad de quienes se preocupan por el bienestar de los demás.
Concentrar los derechos e intereses indígenas, de negros, “gays” y de mujeres que sufren machismo, solo en miembros de un determinado “gueto” es la estrategia perfecta para evitar el empoderamiento de todos y cada uno de los representados. De hecho, ¡es una trampa!
Lo que debemos hacer, en mi opinión, es enfocarnos en el concepto antropológico, porque, como ciencia que se dedica al estudio del ser humano, y que mira su origen, evolución, desarrollo físico, material y cultural, fisiología y psicología, por encima de cualquier división, ve mejor el colectivo plural que somos, como seres humanos.
La antropología, dada la atención que presta a las características raciales, costumbres sociales y creencias, se centra propiamente en los pluralismos estéticos de nuestra diversidad. ¡Eso es maravilloso!
Siempre conviene recordar que todos los aspectos que destacamos en los dos párrafos anteriores, son meros subproductos de la existencia biopsicológica. Muerto, el “Ser”, ninguno de estos aspectos existe, porque así como nacer para la vida es un acto humano, en el que la vagina o la probeta no distinguen color, género, procedencia, clase social o económica, sea masculino o feminino, la muerte, destino de todos, tampoco respeta tales diferencias. Para nada le sirven.
El lugar de expresión de cada persona es la defensa de la vida, la libertad, la justicia social de cada ser, o grupo humano que necesita ayuda.
¿Si llenamos el avión más grande que hay, con blancos, negros, indígenas, “gays”, mujeres y hombres, y se cae del cielo, piensas que en la caída la gente recordará su color, origen, origen, clase económica, tamaño, belleza, costumbres?
Ciertamente, quien sea creacionista recordará su creencia, porque en este acto final que tiene lugar entre el humano y su dios, prevalece el grito de auxilio ante lo intangible y lo desconocido. Este conflicto surge del miedo a no haber vivido con la debida empatía y solidaridad.
No acepte pasivamente el argumento de quienes dicen que solamente las mujeres se pronuncian contra el machismo; no acepte la idea de que solo los negros, los “gays”, los indígenas, los pobres o cualquier otra persona o grupo puedan hablar en contra de su propia opresión.
Caer en esta trampa nos encadena a los grilletes de los ignorantes o que, maliciosamente, quieren guetos y su estratificación, como forma de dominación. Hitler, Mussolini, Josep Stalin, Ku Klux Kan, todos son ejemplos de una feroz creencia en el “lugar de palabra” como derecho exclusivo. Martin Luther King, Madre Teresa de Calcuta, Gandhi, Cristo y tantos otros contrastan con lo ordinario, porque supieron comprender que la vida es un mosaico en el que los pluralismos estéticos merecen respeto.
La representatividad es importante, pero es menos que la solidaridad y la empatía que debe habitar el “Ser”, que habita tu piel “Humana”. Independientemente de su color, credo, clase social y económica, género, origen u origen, ¡no se quede callado cuando vea a alguien siendo oprimido! ¡La defensa de los demás, este es nuestro lugar de habla!
Fin de esta serie sobre el “speaking place/lugar de habla”. Gracias por seguir y estar dispuesto a reflexionar. La injusticia impera en el mundo, pero cada semilla de bien que podamos sembrar juntos, estoy seguro, por pequeña que sea, tiene el poder de mejorar unos milímetros nuestra existencia. Todos ganan.
Sígueme: Insta, Twitter, Linkedin, Facebook: judivan j vieira
¡Un libro que te sorprenderá! Cómpralo por: www.autografia.es